Como es bien sabido, la moda y las tendencias son cíclicas, tienen un tiempo en el que llegan a su auge, proliferan en las masas y poco a poco van quedándose atrás. Sin embargo, la distancia y la nostalgia siempre logran regresar esas tendencias a la actualidad para ser consumidas, somatizadas y disfrutadas por las generaciones más jóvenes.
En los últimos años, la estética de los primeros años de la década de los dosmiles se han convertido en clave para las tendencias actuales, influyendo fuertemente en la moda y consiguiendo así que grandes marcas desarrollaran colecciones con claras influencias en la estética de principios de milenio; marcas como Blumarine o Diesel jugaron un papel decisivo en la tendencia, logrando que llegara a verse adaptada por las masas e inundando las redes sociales con la estética Y2k.
Sin embargo el ciclo de tendencias ahora apunta a otra era del pasado, la cual podemos ubicar desde finales de los 00’s y el principio de los 10’s, un espacio de la historia donde pudimos detectar el comienzo de un novedoso momento, denominado como Indie Sleaze, donde las narrativas más alternativas lograron instalarse como las puntas de lanza para el mundo de la moda.
Dentro de los personajes clave de este periodo encontramos a la it-girl de MySpace Cory Kennedy, la modelo Agyness Deyn, las cantantes M.I.A. y Sky Ferreira o incluso a las gemelas Olsen en sus momentos más alternativos. La escena de la moda se veía fuertemente influenciada por la estética del diseñador Hedi Slimane (en ese momento director creativo de Saint Laurent) o la marca American Apparel; todo acompañado por el auge de bandas como The Strokes o MGMT.
Actualmente la tendencia ha visto un revival en el mundo de la moda, viéndose adaptada desde en las grandes pasarelas (por casas como Céline o Michael Kors), o en las redes sociales como Instagram y TikTok, que día con día ven incrementado el número de contenido que se hace bajo las etiquetas “Indie sleaze” o “Tumblr aesthetic” (otro término para referenciar la estética de aquellos años); viendo la tendencia ser implementada por grandes influencers para la gen-Z, como Emma Chamberlain o Addison Rae.
Actualmente la tendencia no es usada como una réplica exacta de la vista en los dos mil diez, sin embargo sus características siguen ahí, optando por un estilo más desenfadado y costumbrista, con reminiscencias al mundo del rock y los festivales. Retomando las botas altas tan populares en esa época, las biker jackets, los bolsos de tamaños protagónicos o las siluetas más skinny en jeans y pantalones.
¿Será la gran tendencia del 2024? Solo el desarrollo de este año nos lo dirá, sin embargo no queda duda de que ya llegó y de que cada día es más tangible, dejando en claro que será una narrativa habitual dentro del contenido de moda que veremos cercano a nosotros.
