A medida que baja la temperatura y los días se acortan, diciembre nos trae una de las festividades más deliciosas del calendario: el Día Nacional de Cubrir Cualquier Cosa con Chocolate, celebrado el 16 de diciembre. Es la excusa perfecta para sumergir nuestros snacks favoritos en chocolate, porque todo sabe mejor cuando está cubierto. Pero, ¿y si llevamos este concepto más allá de la cocina y lo trasladamos al dormitorio?
LELO te invita a explorar una experiencia más profunda y placentera al fusionar dos de los mayores deleites de la vida: el chocolate y el sexo. Descubramos juntos la seductora sinergia entre el chocolate como afrodisíaco y la magia de los momentos íntimos. Como una actividad decembrina en pareja para disfrutar de un festín para el cuerpo, la mente y el alma.
El chocolate tiene una reputación bien documentada por generar alegría, pero su conexión con el romance y la sensualidad va mucho más allá. A menudo llamado el “alimento de los dioses,” el chocolate ha sido un manjar lujoso durante siglos. Todo comenzó con los antiguos mayas y aztecas, quienes creían que tenía propiedades místicas que mejoraban el estado de ánimo. La ciencia detrás de este mito es tan rica como el propio chocolate.
La feniletilamina (PEA), conocida como la “droga del amor,” es un compuesto químico presente en el chocolate. Cuando se consume, activa los centros de placer del cerebro, liberando endorfinas y aumentando los niveles de serotonina, la “hormona de la felicidad.” Este cóctel de sustancias químicas genera respuestas emocionales similares a las que sentimos al enamorarnos.
El sexo, al igual que el chocolate, es una experiencia profundamente sensorial. Involucra el tacto, el gusto, el olfato, la vista y el sonido, todos trabajando juntos para crear un momento íntimo y memorable. Cuando combinamos el placer del chocolate con la emoción del sexo, abrimos la puerta a un nivel completamente nuevo de disfrute.
Imagina este escenario: tú y tu pareja están vendados, intensificando sus sentidos del gusto y el tacto. Lentamente se alimentan mutuamente con fresas bañadas en chocolate caliente, dejando que la dulzura permanezca en sus lenguas. La sensación del chocolate derretido sobre la piel, lamiéndolo con provocaciones juguetonas, convierte un simple postre en un emocionante preludio.
Ahora agrega un giro: introduce tu juguete sexual favorito en la mezcla. La suave vibración contra tu piel, combinada con el calor del chocolate y la emoción de lo desconocido (gracias al vendaje en los ojos), crea una sobrecarga sensorial que puede llevar los juegos previos a un nivel electrizante.
Los juguetes sexuales pueden amplificar el placer de disfrutar de dulces cubiertas de chocolate al estimular tus sentidos de maneras que quizás no habías imaginado. Aquí te mostramos cómo combinar tus juguetes favoritos con el juego del chocolate:
Juegos de temperatura con lubricantes térmicos: El chocolate se disfruta mejor caliente y derretido, ¿por qué no extender esta idea a otras sensaciones? Usa tu lubricante personal junto con tu juguete favorito para simular el mismo calor y suavidad del chocolate en tu piel. El calor adicional aumenta el flujo sanguíneo y la excitación, haciendo que cada toque sea más intenso. Puedes usar Enigma Wave, Son 2 Cruise y F1sv3 para una sesión única en pareja o en solitario.
Vibradores para parejas para sensaciones compartidas: Para una experiencia conectada, prueba un vibrador para parejas. Estos juguetes están diseñados para usarse durante el sexo, brindando placer mutuo. Imagina las vibraciones sincronizándose con el ritmo de tu corazón mientras tú y tu pareja disfrutan de cerezas cubiertas de chocolate, alimentándose entre besos. Es una experiencia compartida donde cada sensación se amplifica. Los juguetes de LELO con acceso a la aplicación como Tiani Harmony, Tor 3 y Hugo 2, son ideales para este tipo de dinámicas.
Velas de masaje para indulgencia total: Termina la noche con un relajante masaje utilizando las vela de masaje de LELO para aliviar la tensión. Mientras tu pareja se relaja, derrite un poco de chocolate tibio sobre su espalda y combínalo con cera de la vela para esparcirlo por su piel. Las sensaciones alternantes entre la cera y el chocolate crean una experiencia de pura indulgencia.
Así que adelante: cubre tus fresas, malvaviscos y, por supuesto, a ti y a tu pareja. Deja que el chocolate sea tu puerta de entrada a una noche de sensualidad, placer y profunda conexión. Este es un día para disfrutar los placeres sensoriales de la vida y el amor, con un poco de chocolate y mucha imaginación.
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