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Elegancia en movimiento con Longchamp.

MAPLE LONGCHAMP ON THE GO

De día y noche, la elegancia es primordial para la parisina Longchamp. Empieza la semana con un look relajado: un conjunto de dos piezas de mezclilla, un saco marinero de corte pronunciado con el cuello alzado, y unos mocasines easy-chic. ¿Y si tiene una reunión importante? Lleva un traje a rayas con una gorra de béisbol para darle un toque deportivo. Naturalmente no sale de su casa sin su bolso Box-Trot en piel color burdeos con una correa azul cobalto para la nueva temporada, o en tejido de rafia con piel color negro.

Un rápido break entre reuniones amerita tomar un café en una terraza mientras busca algunas monedas en su bolso Pliage Xtra para el garçon. Al terminar, continúa su camino y recorre la ciudad con una combinación original de un saco a rayas de lana mohair con botas de lluvia blancas (porque, quién sabe lo repentino que podría cambiar el clima).

A mediados de la semana, la parisina está en un mood más deportivo, va al Marais a escoger flores frescas en sus jeans favoritos deslavados vintage y un acogedor cuello de tortuga con sus mocasines de suela deportiva, o con una sudadera a rayas y un vestido tejido. Completa cada conjunto con una gorra cool de béisbol de pana y su bolso 3D en piel, cuya gráfica silueta lo convierte en el accesorio perfecto para todo momento; y que en ocasiones la aviva con una mascada de seda o una correa de piel de oveja sujeta a su marco.

El viernes por la tarde, cambia el plan de tomar el metro e ir a cenar, por tomar un refrescante paseo en el crepúsuclo por la Rue de Rivoli vistiendo de forma atrevida solamente un reluciente traje negro con su bolso Box-Trot cruzado sobre el cuerpo.

Llega el tan esperado fin de semana, acompañado de rayas, suéteres y vestidos midi de punto para un look casual y trendy de domingo por la tarde. Se reúne con sus amigas en el muelle para disfrutar de un ambiente tranquilo, mientras almuerza en las orillas del Sena con su bolso Epure de mimbre en forma de cesta de picnic. Caminando por las librerías, vestida de rayas marineras y sneakers, decide llenar su bolso Le Pliage con algunos libros antique que ha comprado.

Lejos de intentar atraer todas las miradas, prefiere una elegancia segura y sobria. No puede prescindir de su camisa de mezclilla, su traje a rayas azul marino, su gorra de béisbol de pana y su bolso Roseau inspirada en los 90’s. El pragmatismo es su emblema: su guardaropa debe ser cómodo, y se ve igual de chic con botas de lluvia que con unos zuecos en piel de oveja. Y en cuanto a lo que está de moda, ella está al tanto de las últimas tendencias. Sin embargo, la parisina Longchamp se satisface al combinar sus básicos atemporales con piezas realzadas para crear un look que aborda la nueva temporada con energía y vitalidad, sin comprometer su sentido innato de la elegancia francesa.

Para conocer más de todas estas piezas, visita:

www.longchamp.com